Es fácil, sólo tienes que lavarlos siempre con agua fría y jabón neutro. Recuerda que el fieltro está hecho con lana prensada, por lo cual podría encoger si lavas con agua caliente.
Lávalo por separado para evitar que pueda desteñir.
No frotes mucho para que no salgan bolitas ni retuerzas mucho para exprimir. Tiéndelos bien estiraditos para que no te salgan arrugas (aunque también puedes plancharlo a temperatura lana sin vapor, con un pañito encima).
¡Y listo!, el fieltro puede durarte mucho tiempo si lo cuidas bien.
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